Ingrid
Ingrid, 36 años…. Dueña de casa Conocí a Silvia quizás en uno de los peores momentos de mi vida, un momento de esos en que todos los naipes se vienen al suelo, arrastrando consigo el amor propio, la autoestima y la confianza, momentos en los cuales sólo necesitas que alguien te tienda una mano... Y la encontré o nos encontramos o fue Dios o fue el destino pero me aferre con fuerza a esa mi última esperanza..... Y sin poder ver con objetividad, ni poder pensar con claridad me aferre a esa mano que me recibía... Decidí confiar, decidí escuchar, decidí creer, creer en ella.... Y comenzamos a avanzar lento contra la tormenta, pero a paso firme y en ningún momento ella me soltó... Tuvimos también que recurrir a otros especialistas que contribuyeran por este camino, algunas veces acertamos otras no... Pero no nos rendimos continuamos, con penas, con lágrimas, con dolor... Cruzando un desierto de soledad, pero ella siempre de mi mano... Quizás es el ser artista, quizás es el ser madre, quizás es el también haber sufrido, quizás es la madurez, que la hacen más que una profesional una persona integra, que me ayudó a encontrarme, a quererme, a escucharme y por sobre todo a valorarme... Le confíe también a mi esposo y a mi hijo y supo ayudarnos como familia... Hoy estamos saliendo adelante y se ve un futuro de amor... Un día encontré su número en una revista, aunque yo prefiero pensar que Dios la puso en mi camino...
FERNANDA
FERNANDA, 18 años, 4to medio.. Cuando conocí a Silvia, inmediatamente supe que era una persona agradable y comprensiva que me iba a ayudar. Durante los últimos tiempos, había tenido problemas de estrés debido a las grandes presiones a las que me enfrentaba por estar en cuarto medio y preparar la PSU, sufría bastante y no sabía cómo manejarlo. Anteriormente visité a otro psicólogo, pero él no me ayudó mucho. Cuando comencé a visitarla, noté un cambio a los pocos días, obviamente me faltaba mucho por aprender, pero con el paso de las semanas, noté que cada vez iba mejorando más y sintiéndome mejor. Silvia me ayudó a cambiar mi percepción del mundo, a darme cuenta de que mis problemas no eran tan terribles y que ahí afuera había un mundo lleno de oportunidades y felicidad, esperándome. Gracias a su forma de trabajo, aprendí mucho de mí misma y del mundo, además era sumamente grato ir a las sesiones porque Silvia siempre fue muy acogedora y cercana, nunca me sentí incómoda. Hoy en día estoy bajo las mismas presiones que antes, incluso hay aún más, sin embargo la forma que tengo de enfrentarme a ellas cambió radicalmente, ya no siento que el mundo se cae con cada problema. Esta experiencia ha sido muy gratificante para mí, la recomiendo totalmente.
José Cuevas Parry
José Cuevas Parry, 46 años Mas Vale Consultores Silvia une al arte su calidad como psicóloga clínica y su madurez de vida. El resultado para quienes tenemos el privilegio de compartir su grupo de cantoterapia es una sanación permanente del alma que tiene su más bella expresión en el canto grupal como medio para expresar el propio ser y reunirse con otros en la alegría de compartir. El método integral terapéutico de Silvia propicia la autodeterminación, la independencia personal y la percepción de la propia vida como un canto que fluye desde la riqueza interior que todos poseemos. Recomiendo a personas y empresas experimentar esta alternativa de crecimiento individual y de equipo, que se basa en lo más esencial del ser humano que es la felicidad de vivir.